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miércoles, 5 de enero de 2011

ESTAMPAS DE CUBA


Quiero compartir con Uds un trabajo de busqueda de Maria Argelia Vizcaino que considero bastante completo a cerca de los lugares en La Habana en que se bailaba y se pasaba momentos de alegria.

ESTAMPAS DE CUBA POR MARIA ARGELIA VIZCAINO
La ciudad más bailadora del mundo
Es indiscutible que nuestro país es el principal productor de ritmos bailables y eso trajo consigo que sea también la nación más bailadora del mundo, reconocido por personalidades extranjeras como el escritor colombiano y Premio Nobel Gabriel García Marquez. Pero dentro de toda Cuba existe una ciudad que es con seguridad donde más se movía el esqueleto, ya que contaba hasta 1959 con la mayoría de centros donde se ofrecían bailes y diversión diariamente, se trata por supuesto de la ciudad de La Habana.

Para adentrarnos en el tema debemos puntualizar qué era el perímetro habanero utilizando las palabras de Fausto Miranda no sólo por ser «Viejo de verdad», sino por conocer de primera mano lo que tan bien escribe por tantos años en el conocido diario El Nuevo Herald de Miami: «La Habana no era solamente la ciudad propiamente dicha en sus dimensiones de gran ciudad... No era solo La Habana en su parte vieja, el Cerro, Jesús del Monte, Vedado, la Víbora y otros barrios... Dijérase que La Habana era toda una constelación de cinco estrellas, por sus cinco poblaciones vecinas... La Habana propiamente dicha, su próxima Marianao; su no muy lejano Rancho Boyeros; su villa ultramarina Regla y la inmensa Guanabacoa (...) Estas cinco ciudades se nombraban La Habana.»

Estoy convencida que mi recopilación adjunta no está completa, pero si el querido lector desea agregar o aclarar alguna dirección, con mucho gusto puede escribirme al e-mail mariaargelia@hotmail.com, para enriquecer este listado que considero de gran importancia para la historia cultural de nuestro país. En el mismo han cooperado notablemente los compatriotas Joe Noda, Jorge Torralba y mi tío Octavio Ramos, a los cuales les envío por este medio el agradecimiento no sólo mío, también del pueblo cubano; y por supuesto no podía faltar lo que he extraído de los libros Vida y Milagro de la Farándula en Cuba del admirado Rosendo Rosell, y mis entrevistas privadas que por ser muchas las personas que me han contado sus recuerdos, no puedo mencionar a todas, pero que igualmente les envío unas gracias sinceras.

En La Habana, ya sea en el Centro, en la Vieja o sus alrededores tuvimos entre los lugares que servían de entretenimiento, muy especialmente donde se acudía a bailar: Primero, grandes asociaciones mutualistas españolas que tenían espaciosos salones y ofrecían bailes para socios e invitados como:
1.- Centro Asturiano, que contaba con 70,000 miembros y quedaba frente al Parque Central.
2.- Centro Gallego construido entre 1907 a 1914 en Prado y San Rafael, con 90,000 miembros.
3.-Artística Gallega (en los altos del Cuartel de Bomberos de Obispo?).
4.-Casino Español de Prado #302 construido en 1914 (donde en la época castrista pusieron el Palacio de los Matrimonios).

Entre otros clubes, bares, cabarets, y salones de centros privados o semi-privados de importancia que se solía ir a bailar estaban:
5.- Los Yesitas en Xifre proximo a Carlos III.
6.-La Unión Fraternal en la Calle Revillagigedo.
7.- Otra Unión Fraternal en los altos del Teatro Nacional en el Paseo del Prado;
8.- Sociedad Unión Club en Neptuno y Zulueta.
9.- Palermo Club en Amistad esquina a San Miguel siempre con orquesta para bailar.
10.- Cabaret La Campana en la Calzada de Infanta y San Martín, con cena y baile de 9 p.m. a 4 a.m.
11.- La Taberna San Román en San Pedro y Oficio por la Avenida del Puerto, cerca de la Embajada de España.
12.- Cabaret Tokio en San Lázaro y Blanco, fue su dueño Oscar Villaverde.
13.- Tony’s Club, en el corazón de La Habana, detrás del Capitolio.
14.- Las Vegas, en Infanta, casi esquina a Humbolt.
15.-Salón Atenas, en Prado y Neptuno, es de donde sale el famoso numero de “La Engañadora” de Enrique Jorrín, según me informa el amigo Joe Noda, este Club o Salón era una Sociedad de Color, de cierto prestigio, pues no todo el mundo podía entrar, tenía que tener cierta posición y por supuesto, ser de la raza negra.
16.- National Nigth Club, San Rafael y Prado, con dos shows diarios y dos orquestas.
17.- Cabaret Los Troncos, Galiano #115 entre Animas y Trocadero, fue
su dueño Tomás E. Fundora.
18.- Hotel San Luis, en Belascoaín #73 y Lagunas.
19.- Bar-Club Prado 260, en Prado #260.
20.- Marquesina del Hotel Saratoga, Paseo del Prado #603 y Dragones.
21.- Río Cristal Club en el Km. 8 y medio de la Carretera de Rancho Boyeros.
22.-Reloj Club en la Avenida Rancho Boyeros Km. 6 y medio (con un discreto motel al lado).
23.-Cabaret Sans Soucí en Arroyo Arena Km.15, con dos orquestas cada noche y dos producciones internacionales.
24.- Mambo’s Club en la Carretera de Rancho Boyeros Km. 3.
25.- Jardines La Polar en Puentes Grandes.
26.- Alí Bar en la Avenida de Dolores y Lucero, de Alipio García.
27.- El Bambú Club en la Avenida Rancho Boyeros Km. 5½, restaurante
campestre con dos shows por noche (donde bailó Tongolele).
28.- Night Club Mulgoba en el reparto del mismo nombre en la Avenida Rancho Boyeros; 29.- El Cabaret Topeka en la Ave. de Rancho Boyeros.
30.- Night and Day en la Avenida de Rancho Boyeros que según me informó mi tío Octavio Ramos ahí se hizo famoso Wilfredo Mendiz.
31.- Sierra Nigth Club, estaba en Concha entre Cristina y Vía Blanca, su dueño se llamaba Carlos Sierra, anunciando dos shows diarios y dos orquestas.
32.- Sociedad Curro-Enríquez en Santo Suárez.
33.- Alloy Nigth Club, en Fábrica #7, Luyanó.
34.- Hotel Sevilla inaugurado en 1908, en Prado #255 y Trocadero, fue su dueño Amletto Battisti, convertido en 1924 en Sevilla-Bilmore.
35.- Morocco Club, Paseo del Prado #402, a su dueño le decían Galloso, era de Guanabacoa.
36.- Intermezzo Bar, Refugio #111.
37.- Johnny’s Bar-Club, Virtudes #58.
38.- Pan American Bar-Club, Ayestarán #235.
39.- Robert Club o Club de los Ingleses en la Carretera de Vento, Rancho Boyeros, se bailaba a veces los domingos pero no era tan agradable por la seriedad inglesa.
40.- El Zombie Club, por Zulueta.
41.- Club Seyca de los empleados de la tienda El Encanto en Paseo del Prado.

La vida en Cuba era muy divertida, a pesar de la pobreza de algunos. Había lugares exclusivos para determinada raza o socios, pero la gran mayoría de los jóvenes sin ser ricos, podían disfrutar y compartir en familia en muchos de los salones antes mencionados que cobraban una módica entrada. Había para escoger, para todos los gustos y clases de personas. O sea, en Cuba, y muy especialmente en la capital, bailaban tanto el rico como el pobre, el negro o el blanco, el decente y el vulgar, cada cual en su nivel, y había niveles para todos.

«La Habana, además de su hermosa silueta arquitectónica, hoy desvencijada y venida a
menos, tuvo épocas en las que sonaba a todas horas». ANTONIO GOMEZ SOTOLONGO (www.ahora.com.do/Edición218)

Estos son los principales lugares donde se solía bailar en La Habana -ya sea la vieja, o en el centro y sus alrededores, a continuación el listado recopilado de los locales de Marianao, Miramar y Vedado.

MIRAMAR:
1.- Balneario Casino Deportivo en 1ra. #608, pertenecía a una de las sociedades
españolas, tenía playa, actividades de todo tipo como cualquier club social, y contaba con un elegante salón de baile donde se daban fiestas los sábados y domingos.
2.- El Club ESSO en 1ra.
3.-El Club de Profesionales en 1ra. #3802.
4.-El Balneario Universitario, en 1ra. #4202.
5.-El Hotel y Club Comodoro en 1ra. #8402, esq. 84.
6.-El Miramar Yacht Club, en la Avenida 1ra. #9012, fundado en 1926 por ex socios del Havana Yacht Club, su edificación data de 1924 remodelado totalmente en la década de 1950 (después de las decomisaciones pasó a ser el Círculo Social Obrero Patricio Lumumba).
7.- El Club Cubanaleco de los empleados de la Cuban Electric Company en avenida 1ra. #9602.
8.- El Balneario Hijas de Galicia, Ave. 1ra. #9616;
9.- Hotel Copacabana en 1ra. #4404 y 46;
10.- Boulevard Room, en 1ra. y 54.
11.-Saigón Club, restaurante y bar, 5ta. Ave. y 42.
12.- Johnny's Dream Club, en La Puntilla, al lado del teatro Blanquita.

MARIANAO:
En la Playa de La Concha donde estaba el Coney Island, frente al Canódromo
quedaban:
1.- Habana Yatch Club, uno de los clubes más exclusivos de la playa de Marianao.
2.- El Círculo Militar y Naval, Ciudad Militar, en 5ta. Avenida (tengo entendido que lo rebautizaron como el Abreu Fontán).
3.- El Casino Español de clase media baja que se pagaba una mensualidad y podían ir todos los miembros de la familia y hasta alguna amistad.
4.- El Club Náutico de una clase media más alta, pagaban como 20 pesos al mes.
5.- El Club Comercial que estaba en los altos de La Concha.
6.- El Ferreteros en 5ta. Avenida y la 87.
7.- Jardines de la Tropical en el Río Almendares.
8.- Casino de La Lisa en la Avenida 51 #15821.
9.- El Casino Rivolí en la Avenida 27 #2604.
10.- Tropicana, el líder de Marianao a 6 millas del centro de La Habana en la calle 72 #4504, esquina Línea del Ferrocarril, con dos salones, el Edén Concet “Un Paraíso Bajo las Estrellas” y el espectacular salón “Arcos de Cristal”, diseñado por el Arq. Max Borges para resguardo de la lluvia y el frío (“Joya de América”, considerado el Night Club más bello del mundo).
11.-Niche Club.
12.- La Taberna de Pedro.
13.- El Cabaret Rhumba Palace fundado en 1929.
14.- Cabaret Panchín en 5ta. Avenida #11616.
15.- Cabaret Pennsylvania con dos shows cada noche, en 5ta. Avenida #11801.
16.- Cabaret Mi Bohío 5ta Ave. # 11815.
17.- El Biltmore, en Jaimanitas.
18.- El Selva Club, nos dice Joe que cree que estaba en Pogolotti,donde único se podía bailar con Arsenio o Felix Chapottin, la viva expresión de la música criolla.
sin menospreciar al Conjunto Casino, su favorito.
19.- El Choricera Club, un centro rústico con mesas de madera sin pintar, que el amigo Torralba lo recuerda de piso de tierra, fue su dueño el famoso músico de la raza negra El Chori, que ofrecía unos espectáculos con tambores batá que atraía a los turistas extranjeros, como el actor norteamericano Marlon Brandon.
20.- El Barrilito Club.
21.- El Flotante Club, en 5ta Ave. #1160.
22.- El Quibú estaba situado detrás de la Universidad de Villanueva, cerca de la playa de Marianao, junto al arroyo del mismo nombre.
23.- En el Coney Island Park, (se llevó a efecto el sábado 16 de junio de 1956, un festival bailable organizado por el Colegio de Operadores de radio y Televisión de La Habana).

VEDADO:
1.- En la Comunidad Hebrea de Línea y C.
2.-Club Sherezada en el Edificio del Focsa calle 17 y M.
3.-El Rocco Club en 17 y O, de Roberto Pertierra.
4.-La Red de 19 y L.
5.-El Gato Tuerto de 19 y O.
6.-La Zorra y el Cuervo en 23 y O.
7.-Super Club La Rue, en la calle 19 #324 esq. H, que anunciaba «diversiones del crepúsculo a la aurora».
8.- En los principales hoteles como el Hotel Nacional construido en 1930 en O y 21, en su Cabaret Parisien y el Arboleda Room.
9.- Hotel Vedado en O #244 entre 23 y 25.
10.- Hotel Habana Riviera en Paseo y Malecón con su Cabaret Copa Room.
11.- Hotel Capri en 21 y N con dos shows cada noche.
12.- Hotel Flamingo en 25 #202 y O con su famoso Bar-Club Cortijo.
13.- Hotel Havana Deauville en Malecón y Galiano.
14.- Hotel Havana Hilton en 23 y L, en su salón Caribe y en su bar Seven Eleventh.
15.- Vedado Tennis Club en la 12 #106.
16.- Willie’s Club y restaurante de 21 y N.
17.- Johnnie’s 88, en O #208 entre 23 y 25, (me informa el amigo Joe que fue su dueño Johnny Larramendi).
18.- Montmartre Night Club en P y 23, Vedado de los hermanos Pertierra.
19.- Embassy en 23 y 26; Maxim’s Club en 3ra. y la 10.
20.- El Club de 21 en la calle 21 y N.
21.- Los Nopales Bar y Restaurante en 3ra. y F, abierto desde el mediodía hasta las 6 a.m., con atmósfera mexicana.
22.- El Nigth Club Sayonara.
23.- El Restaurante 1830 en Malecón.
24.- El Carmelo, lugar que se encontraba en el paradero de los tranvías del Vedado, en la calle Línea.(Joe Noda me cuenta que fue a bailar allí varias veces, en su época de loca juventud).
25.- El Club Deportivo Asturias, que estaba primero atrás de la Pepsicola, en Carlos III y después se mudaron para el Vedado.
26.- Edén Club en 23 y O.
27.- Eloy Club, en Línea, entre I y H, (me informa Torralba que era del triste célebre Comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, que cuando estaba alzado en la sierra contra Batista lo atendían sus hermanas).
28.- Bar-Club Turf, en Calzada y F, aunque la publicidad aclaraba “ambiente refinado” no dejaba de ser de los más oscuros.
29.- Atelier, por 21 ó 19 entre 8 y 10, (me relata Torralba que acá se estilaba dejar colgada en las paredes algún objeto personal con el nombre y la fecha).
30.- Club El Jhonny en la Calle A y 3ra.

He tratado en estos listados sólo tener en cuenta los lugares que se bailaba. Si por alguna casualidad mi querido lector recuerda haber asistido a uno de estos que no vio baile, eso no quiere decir que nunca se bailó, pero de todas formas le agradecería que me lo comunicara a mi e-mail: mariaargelia@hotmail.com.

«...a finales de los 50, La Habana tenía abiertas más de 100 Salas de Fiestas y en ellas actuaban: Nat King Cole, Frank Sinatra, Sara Montiel, Lola Flores, Celia Cruz, Olga Guillot, El Benny...». http://www.rumor.es/cubasoul/perlas/the_movie.htm

La Habana desde la década de 1920 hasta 1959, tenía una gran cantidad de bailadores que demandaban lugares donde se pudiera bailar a su gusto, y gracias a la libertad que permitía la iniciativa privada, proliferaban como semilla en tierra fértil. Después de conocer este listado creo que no quepan dudas de que era la capital de Cuba la ciudad más bailadora del mundo. Ni París, ni Las Vegas, ni New York han ofrecido a sus nacionales tanta distracción. Esos sitios bailables en nuestro país no dependían del turismo foráneo, con el interno se mantenían y progresaban.

En GUANABACOA:
1.- En el Casino Español (que se derrumbó en la década de 1960) al lado
del Ayuntamiento en la calle Pepe Antonio, en los altos de La Viña.
2.- En La Alianza Deportiva,en los bajos de la esquina de Maceo y Nazareno (donde pusieron las oficinas de la Conaca),frente al restaurante El Supremo que después convirtieron en pizzería (no confundir con el restaurante La Alianza de Pepe Antonio y Martí).
3.- En el Liceo Artístico y Literario en la calle Máximo Gómez y Nazareno (que amenizaban la mayoría de las veces la Orq. Riverside y la Sonora Matancera).
4.- En el Salón El Progreso para los de raza negra en la calle Máximo Gómez frente a Los Escolapios.
5.- En los salones de Los Jardines de la Cotorra en la Avenida Rotaria o Independencia Oeste.
6.- En el Restaurant-Nigth Club de la Rotonda de Cojímar en la Vía Blanca y carretera de Cojímar.
7.- El Nigth Club El Mirador del Puerto en la Vía Blanca frente a la refinería de petróleo, próxima a la Calzada de Guanabacoa que contaba con su salón privado y muy cerca del motel.
8.- Las Catacumbas, en la Virgen del Camino.
9.- La Sociedad Club Moncada en la calle Vista Hermosa entre Martí y San José, para personas de la raza negra.
10.- La Sociedad Artística del Reparto Mañana, no recuerdo la calle.
11.- La Lechonera de Peña, en la Ave. Monumental y Carretera de Peñalver, donde después hicieron el reparto Los Mangos (restaurante y bar de ambiente campestre, se bailaba con victrola).

EN LAS PLAYAS.
Guanabo:
1.- En el salón de la Unión Fraternal.
2.- En la Rotonda de Guanabo.
3.- El Cuanda’s Club.
4.- Puerto Príncipe Club.
5.- En el Hotel Puerto Antonio con su restaurante con música de victrola.
6.-Club Martino.
7.- Bar- Restaurante Bello Monte.
En Santa María del Mar (playa semiprivada):
1.- El Club Bancario.
2.- El Club Militar.
3.- El Club Médico.
En la Playa El Mégano:
1.- En el Hotel Atlántico.
2.- En la playa de Tarará (Privado): Un sólo club para los que eran dueños de casas en ese reparto.
Playa Celimar (al lado de la playa Bacuranao):
1.-Bar Celimar.
Playa Brisas del Mar (después de Guanabo):
1.- Un restaurante y bar con su salón estilo tropical.
En Cojímar:
1.-En La Terraza Club en la calle Real #161.
2.- En el Club Náutico de Cojímar de la Calle Real #229.
3.-El Claro de Luna, (convertido posteriormente en La Costa).

REGLA:
En el Liceo con tres salones, con uno bajo techo, y dos al aire libre en los que
alternaban tres orquestas tan famosas como la de Beny, Roberto Faz y otra cualquiera que servíade relleno.

Y en los Salones de la Malta Hatuey en Apodaca y Cienfuegos, San Francisco de Paula.

Sin contar que cada pueblo de campo tenía sus sociedades y ofrecía sus guateques llevando a cantantes y orquestas famosas como en la Sociedad de Bacuranao; la de Arango; Barrera; Peñalver; Minas; Campo Florido con una sociedad para negros y otra blancos; Santa María del Rosario, etc. En los bailes de sus respectivas sociedades además de los socios podían entrar todo aquel que pagara la admisión, a no ser que fuera prohibida la entrada para negros o para blancos,según sea el caso.

También estaban las Academias de bailes:
1.- Habana Sport (Prado y Neptuno).
2.-El Sport Antillano en Galiano.
3.- Marte y Belona al lado de la tienda Sear , me confiesa Joe Noda que acá tocó La Sonora Matancera por muchísimos años antes de ser una orquesta bien famosa, “fue donde se ajustaron musicalmente, claro que eso no se dice, ni se menciona cada vez que se habla de la trayectoria musical de ellos.... pero eso es tan cierto como que le estoy escribiendo”.

Que no se ofendan los amigos lectores porque no menciono los sitios donde se bailaba en San Miguel del Padrón, El Cotorro, el Cerro, pero no encontré ningún tipo de información al respecto. Sólo de la Víbora supe que en La Terraza debutó en 1930 la Orquesta Ensueño, integrada totalmente por mujeres. Tampoco he podido ubicar algunos Clubes o Cabarets, que se hacen referencia en algunos escritos como: Club Casa Blanca; Cabalbar; Cabaret Allios; Casino Summer donde tocaba el saxofonista Amadito Valdés hasta finales de la década de 1920; Club Habana 1900; Club 66; Molino Rojo; y Cabaret Pasapoca.

Nuestra capital era famosa no sólo por todos estos lugares donde se bailaba casi a diario, también por otros tipos de entretenimientos como los cientos de salas de teatro y cine donde lo mismo se disfrutaba de una buena obra, un concierto musical o una película, los circos, los parques infantiles en cada barrio, y parques de atracciones como el Acuario, el Zoológico, etc., que la entrada se cobraba en moneda nacional. Tampoco incluyo en este listado los restaurantes que ofrecían entretenimiento en vivo, tan divertidos y concurridos como el Restaurante La Matancera en Aguila y San José o como El Restaurante El Colmao en Aramburo y San Rafael, por solo citar algunos.

¿Qué nos queda?

«El cabaret (...) se ha convertido en un espacio exclusivo para espectadores extranjeros, al ser vendido como un producto turístico que no contempla -por sus altos precios en divisas- la participación de los nacionales.». Víctor M. Domínguez, Lux Info Press (12/sep/01)

Casi son incontables los lugares donde ir a bailar creados en menos de 56 años de conquista de nuestra independencia y haber instaurado la república, y eso que hubo períodos difíciles de crisis políticas y económicas, como los que trajeron una segunda intervención norteamericana, o la primera y segunda Guerra Mundial, las dos dictaduras de derecha, golpes de estado, guerrilleros en la sierra, sabotajes urbanos, etc. Viendo este listado de lugares tan variados para todo tipo de gustos y categorías, creados por el pueblo y para el pueblo, es imposible imaginar que en Cuba estuviera la población sufriendo miserias y segregaciones, que por supuesto, las había en algunos sectores, pero no a la escala que pretenden hacer creer los gobernantes que más han destruido el país.

Ese ambiente festivo que estaba acostumbrado el cubano a llevar, muy a pesar de sus problemas personales, se fue limitando a partir de la huida de Batista. No era políticamente correcto para la creación del hombre nuevo que impuso el gobierno castrista, así casi inmediatamente comenzaron las confiscaciones de los lugares más grandes y lujosos, para terminar el 13 de marzo de 1968,con la llamada Ofensiva Revolucionaria, con todo lo que fuera propiedad privada.

La Habana perdió las miles de luces neón que la iluminaban como vemos que aún mantienen París, New York y Las Vegas, cada vez más brillantes. Los artistas que no pudieron irse, por las razones que sea, fueron de los más afectados en este sector. Algunos los marginaron totalmente porque no se plegaron jamás al régimen, otros sobrevivieron en el mismo ambiente usando la doble moral que ha caracterizado a la población bajo el totalitarismo, con la esperanza de conseguir un viaje al exterior para poder quedarse.

Todo el que quería ejercer su profesión artística tenía que trabajar para el organismo estatal ICR, en el lugar que los asignaran los dirigentes marxistas. Ya sea actuar en el medio de un batey de un ingenio, para poder alegrar la dura jornada a los jóvenes cañeros, u ofrecer un recital en algún campamento para becados, como la escuela de maestros Makarenkos. Los más identificados con el régimen obtenían algún viaje a un país socialista, que a veces resultaba más miserable que
el nuestro como China y Mongolia. Posteriormente, estos artistas “afortunados” eran enviados al medio de un país en guerra como Angola, Etiopía, Nicaragua, para con menos condiciones que las que ofrecían en el batey de nuestra zona campestre, los mercenarios castristas tuvieran un momento de esparcimiento, bajo las luces de sus camiones militares que servían de reflectores al espantoso escenario improvisado. Fueron tiempos muy duros para el verdadero artista, que muy a pesar de la escasez y presiones siguió creando, incluso, aunque le obligaran a interpretar canciones de la Nueva Trova, ajenas a su estilo pero del repertorio establecido.

Estas nuevas faenas artísticas se la intercalaban con alguna presentación en TV, las muy pocas grabaciones permitidas que radiaban, y trabajar en los cada vez menos clubes nocturnos y cabarets que iban quedando. En la década de 1970 para poder ir al Cabaret Tropicana tenías que ganarte el derecho por el centro de trabajo, aunque con unos pesos podías comprar ese derecho a muchos que se lo ganaban y que por su situación económica no podían ir.

Hasta llegar a los tiempos de la caída del bloque socialista, que el gobierno deja de recibir las remesas que lo mantenía, y tiene que recurrir a nuevas medidas como la despenalización del dólar y el incremento del turismo europeo, latinoamericano y canadiense, donde se le prohibe tajantemente a los nacionales la entrada a todos esos lugares de baile y distracción.

A esto agrega el valiente periodista independiente Víctor M. Domínguez, de Lux Info Press, bajo el título Noches cubanas del 12/sep/01, que «Esta situación, palpable por la imposibilidad de acceso a centros recreativos como los cabarets Caribe, Copa y Parisién, enclavados en los hoteles Habana Libre, Riviera y Nacional, respectivamente, se hace extensiva a Pino Mar y Habana Club, en las playas del este de La Habana, por sólo citar los de mayor arraigo entre los que gustan de este tipo de espectáculo en la capital».

Esto me lo confirma mi amiga Anita C. que estuvo de visita en La Habana en el verano del 2003:
«En los centros de la playa, Pino Mar, el Atlántico, la entrada es en dólares. El club Tarará lo alquilan para fiestas de quince, pero también es en dólares. Ahora para entrar a Tarará es igual que antes, pero tienes que pagar la entrada en dólares, lo mismo para ir a la playa,a comer en el restaurante, y te hacen dejar en la entrada el pasaporte, por lo que no entramos».

Para colmo del aparthei impuesto a la población, como dice Domínguez «El club nocturno, con su atmósfera íntima nacida de la semipenumbra y la música con textos e intérpretes que facilitan el acercamiento emocional, sufre la inundación de un torrente de luces en colores y ritmos enlatados con productos que invitan a la evasión, en una bullanguera discoteca que subvierte, limita y enajena, un espacio común a los cubanos (...) Estas limitaciones, incrementadas a partir de la supuesta modernización del show artístico con el empleo de la música grabada y las payaserías de un Disk Jockey trasnochado, han dejado además sin puestos de trabajo a decenas de bailarinas, tramoyistas, vestuaristas, coreógrafos, regisseur, jefes de escena y técnicos de sonido, entre otros desplazados por la dolarización del gusto y las secuelas de la banalización del arte, si de ganar dinero cubano se trata».

Lo único que le queda a la población cubana que no recibe su salario en dólares, es participar en bailes en plazas públicas donde venden en moneda nacional ron de mala calidad y cerveza a granel, pero ahí también se reúne el peor ambiente por lo que puede «verse envuelto en reyertas masivas conque habitualmente culmina este tipo de actividad “recreativo-cultural”».

Lo más penoso para el gobierno es que ni siquiera en tiempos de bonanza soviética, ni ahora explotando el turismo extranjero que les llevan las necesitadas divisas han podido llegar a reponer la mitad de los lugares que ofrecían baile en toda La Habana cuando ellos llegaron al poder. Y de eso seguro que tiene la culpa el «bloqueo»... desde luego, el que ellos le imponen a los naturales

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